martes, 19 de julio de 2011

"El pueblo marchando también está educando"

Así dicen los gritos estudiantiles los días de movilización nacional: "El pueblo marchando también está educando". Yo me pregunto, irónicamente, si así es cómo educan: 

Bueno, no seamos injustos. Los soldados del gobierno que también dicen educan en las manifestaciones, pero lo hacen de la siguiente forma: 
                                    


Ahora, siguiendo con la lógica que tiene este blog, pero ampliándola a las artes en general, y con la frase que lleva por título esta entrada, creo que es necesario apuntar a la forma en que se moviliza un importante numero de personas, estudiantes en su mayoría, a través del arte. Circo, música, danza, teatro en sus diferentes técnicas y estilos son los utilizados, veremos en algunas fotos a lo que me refiero. Se podrían utilizar un sin fin de recursos para demostrar esto, pero a lo que voy es otra cosa.




Lo importante de la utilización de técnicas artísticas a la hora de movilizarse en pos de un objetivo mayor, común y colectivo - ciudadano utilizarían los más demócratas- es que nos permite ver como lo que vengo planteando desde un principio se ve representado acá, siempre siguiendo la lógica de la educación y la movilización. Me refiero a que cuando los estudiantes planteamos que estamos educando a la hora de movilizarnos, lo hacemos de distintas formas. No voy a entrar en la discusión si es valido o no la educación desde el accionar que se ve en la primera foto, mucho menos en la segunda, pero si lo voy a hacer si entendemos que, insistiré siempre en esto, la educación no es solo la formal, las cuatro paredes del aula, sino que está en todos lados. Violencia o no violencia, da igual porque se educa de esa forma. Acá lo importante es ver como el arte sigue tomando un papel protagónico a la hora de educar, enseñar cosas y conceptos. La alegre rebeldía que muestran los estudiantes de teatro, los chicos de las murgas, los malabaristas y músicos que vemos en cada manifestación de los últimos meses, a eso quiero hacerle hincapié, en que, siguiendo el título de la entrada, la marcha del pueblo es educar y es posible la educación desde ahí, ciudadana, colectiva, democrática...usemos el nombre que queramos, pero eso es.  







Acá se ve reflejado lo que nace de mis inquietudes, ahora quiero saber que piensa usted, sí, usted, el que está leyendo esto ahora. ¿Los estudiantes, el pueblo, la colectividad educa al momento de movilizarse?

espero comentarios...quizás se olviden de lo que escribí...pero ahí les dejo la inquietud

Salud y buenaventura!


Juanch0!

viernes, 15 de julio de 2011

La Carpa que fue mi Escuela...Carpa Escuela



2009 era cuando un amigo me invita a unos talleres de circo social, en algún lugar de La Florida, desconocida para mi en ese entonces. Yo llevaba bastante tiempo metido en esto del circo y necesitaba algo que hacer fuera de malabarear por ahí y entrenar tela con amigos en algún árbol, de alguna plaza, siempre y cuando el tiempo lo permitiese. Es por esto que decido acercarme a la carpa y preguntar por los talleres. Resultó que no eran solo talleres sino que nos formarían como monitores de circo social - ya saben más o menos a que me refiero - y que tendríamos que realizar nosotros talleres para niños de algunas zonas vulnerables de La Florida. 


Entusiasmado con la idea comencé a ir sagradamente todas las semanas y así pasaron 6 meses de preparación tanto física, técnica y recreacional. Se nos enseño trapecio, mano a mano, acrobacia de piso, equilibrios en cuerda y monociclo, tela y malabares, estos últimos ya los manejaba de manera básica por lo menos antes de llegar a la carpa. 
Un día llegan Lalo,Karen y Hector para avisarnos que comenzaremos con los talleres. Los primeros tres meses fueron en la carpa y los otros tres deberían ser fuera de ella, en un lugar más cercano al espacio donde ellos viven. 
Así comenzó nuestra gran tarea de enseñar, a través del circo, cosas que no se enseñan en todos lados, mucho menos en la escuela. Machincuepa, hoy me doy cuenta, es a lo que queríamos llegar, no lo logramos,  pero íbamos por buen camino. 
Parar estructuras, bajarlas, moverlas de un lado a otro. Las colchonetas, los trapecios y las telas, los juguetes de malabar, todo se hacía en equipo y los chicos eran parte de este equipo. Eramos sus tíos y ellos nuestros niños. Habían chicos desde 6 años hasta 18 el más grande. En este último me voy a centrar.
Felipe, era un joven que todos llamarían marginal, delincuente y drogadicto. Viene de una familia pobre, su madre vende sopaipillas afuera del metro Macul y su padre no gana ni el mínimo del sueldo en la construcción. Felipe cuando llego con nosotros estaba consumiendo pasta base casi todos los días, robaba para eso. Cuando nos dimos cuenta de su realidad lo instamos a que nos juntáramos a malabarear en otros momentos cosa de, en primera instancia, distraerlo y luego poder entrar más en su vida y ver como se le podía ayudar. Nos dimos cuenta que lo segundo no fue necesario ya que al tiempo invito a su madre a verlo entrenar con nosotros y nos contó algunas cosas. 



Su madre no podía creer como su hijo siendo tan flaco y debilucho, en apariencia,  podía hacer figuras en la tela y el trapecio, tirar tres clavas al aire como si nada y sostener a sus compañeros en torres y figuras de mano a mano. No cabía de gozo esa mujer, no soy capaz de describir su expresión, pero podrán imaginarlo. Ella nos contó que Felipe ya no estaba robando y que semaforeaba - malabarear en el semáforo recibiendo dinero por su actuación -  todos los días para consumir. Para nosotros esto ya era un gran avance que no estuviese robando y no llevábamos más de dos meses con él.
Cuando estaba terminando el proyecto de circo social de Carpa Escuela, hicimos algunas evaluaciones de nuestra labor, en los cambios que habíamos notado en los niños con los que compartíamos y  el tema central fue Felipe, ya que había empezado a recuperar peso, se le veía recuperado y había conseguido pareja. Pensamos enseguida que había dejado de consumir, pero no lo quisimos averiguar en ese momento. 

El día de la presentación final y la despedida se llena de los padres de los niños, primos, hermanos y amigos de ellos también. Los chicos hacen sus números, hay una despedida de parte de Hector, director de Carpa Escuela, agradeciendo la participación de todos y bla, bla, bla. Lo importante es que la madre de Felipe se nos acerca llorando a decirnos que no sabía como pagarnos lo que habíamos hecho por su hijo, nosotros pasmados, sin saber que decir. Ahí es cuando nos cuenta que su hijo ya no estaba consumiendo pasta base, que si se volaba con pitos, pero era lo de menos. Había recuperado fuerza, ganas para hacer cosa, tenía una novia preciosa y había terminado segundo medio. 
Nos sentimos pagados, no había nada que decir.


Esto que les cuento puede parecer un milagro, puede parecer que no es más que un caso de mucho fallidos, pero le acertamos, hicimos lo que pudimos hacer y nos resulto. Felipe dejo las drogas y la última vez que nos vimos, Julio 2010, seguía entrenando con unos amigos, había pasado el primer semestre de tercero medio con buenas calificaciones y lo importante es que no estaba consumiendo pasta. 

Lo único que quiero demostrar con esto es que se puede, se pueden hacer cosas para hacer "mejor" a la gente, sobre todos a los chicos que les enseñaremos más adelante y no tiene que ser en cuatro paredes. Nos podemos dar cuenta que los profesores de Felipe no pudieron hacer nada en su caso, quizás si en otros. 


No digo que el circo sea la solución, pero tenemos que entregar herramientas y eso tiene que ser nuestro motor, nada más que eso. Si somos capaces de hacer esto, habremos solucionado el problema de muchos. 


Salud y buenaventura...

Morfeo me reclama...

Juanch0!

lunes, 6 de junio de 2011

Machincuepa Circo Social

     Basándose en las premisas señaladas en la entrada anterior (compañerismo, trabajo en equipo y cuidado del cuerpo) "es que nace en México el proyecto de Machincuepa Circo Social, un programa que utiliza las técnicas circenses para la prevención de situaciones que lleven a adolescentes y jóvenes a involucrarse en actividades delictivas y uso de drogas. Este proyecto es financiado y motivado por Cirque du Soleil, que además cuenta con intervenciones de este tipo en 36 ciudades del mundo.

     El nombre de este proyecto, Machincuepa, en Nahualt significa "la mano hace la pirueta".



     Seguridad, gozo, perseverancia, actitud vinculada a la disciplina, y cooperación son los cinco ejes fundamentales con los que trabaja Machincuepa Circo Social. Son también los principios de la gente del circo, en el que cada miembro tiene una tarea que cumplir, donde no hay protagonistas porque son una familia y donde los círculos que conforman el escenario y la carpa permiten a todos los participantes, artistas y público, observarse libremente, sin trampas ni artificios.

     Con esta filosofía, Machincuepa desarrolla desde hace ocho años diferentes talleres de aprendizaje de circo dirigidos a adolescentes y jóvenes de zonas deprimidas del Distrito Federal. Con ello pretende modificar las relaciones y reglas cotidianas vinculadas a la violencia, exclusión y marginación que caracterizan a las colonias más pobres, fruto de la desigualdad.

    El aprendizaje se produce a través de talleres enfocados a distintos objetivos.

    El taller mixto abierto a la comunidad trabaja con niños de 9 a 18 años para modificar las relaciones cotidianas de la comunidad, que en gran medida están centradas en la violencia y exclusión. "Les enseñamos que hay otras formas de relación que no les vamos a pegar ni a dirigir, que es a lo que están acostumbrados". Los niños y niñas organizan un espectáculo frente a la comunidad y ésta comienza a percibirlos de forma diferente. Por esta modalidad atienden de 300 a 500 personas.

    Hay un segundo taller dirigido exclusivamente a mujeres, niñas y jóvenes a las que se les muestra cómo desarrollar su capacidad de liderazgo y proposición, con el fin de reducir su exposición a la violencia y también se trabaja la educación sexual y salud reproductiva.

    El tercer taller que desarrolla Machincuepa en Águilas Tarango es de prevención de la deserción escolar. En colaboración con la escuela secundaria pública 222 se realizan talleres de Circo Social dentro del plantel, como parte de un programa académico de prevención de la deserción escolar. Además se imparten talleres de "estimulación del humor" a los profesores. "Buscamos a los profesores para dar sesiones de circo para que modifiquen su actitud rígida y unidireccional de las clases e incluyan la nota de humor para dar mayor cordialidad a sus clases", explica Hernández. Al principio fueron recibidos con escepticismo, pero transcurridos unos años no pueden satisfacer todas las demandas.

    Además de los talleres, hay un cuarto programa de servicios institucionales para capacitar a agentes sociales en técnicas de circo social porque a mediano plazo Machincuepa busca concentrarse en la formación de formadores y ser una referencia en la materia. "No buscamos formar a artistas circenses, somos un programa social que utiliza las herramientas artísticas para intervenir con los jóvenes", señala Juan Antonio Hernández, que es psicólogo. De hecho sólo uno de cada 100 chicos que participa en los talleres manifiesta que desea hacer circo y entonces se les canaliza a otro tipo de instituciones para que puedan continuar la preparación.

    Después de años de trabajo, Machincuepa se ha convertido en una referencia para la comunidad de Águilas Tarango, donde hay poco espacio para el ocio y donde conviven en poco espacio muchas personas con pocas posibilidades de salir fuera del barrio porque ni el transporte llega de forma regular. Hay más demanda de participación en los talleres que oferta y han consolidado un grupo de voluntarios y jóvenes instructores que se formaron en los inicios del proyecto. De hecho ha surgido un grupo de chicos de entre 15 y 18 años que han presentado espectáculos dentro y fuera de la comunidad, incluso en el Centro Nacional de las Artes, en la UNAM... "Son un orgullo para el barrio y ha surgido un orgullo de pertenencia a Machincuepa", afirma Juan Antonio Hernández. "




    Este caso que nos presenta BELÉN M. VÁZQUEZ, El Universal, Domingo 02 de julio de 2006, es uno de los tantos ejemplos que podemos encontrar de intervenciones desde el circo en los lugares donde existe la marginación. En la próxima entrada les mostraré un ejemplo similar que sucedió acá en Chile y en el que me vi directamente involucrado. 

Hasta la próxima....

Chau!

martes, 5 de abril de 2011

Un poco de esto...

No quiero dar recetas ni remedios. No pretendo ser profeta. Lo que se pretende es solo contar algunas experiencias
A muchos he oído decir que el circo no es más que una entretención, que no es más que un “hobbie” para quienes lo practicamos. Bueno, yo vengo a contarles que están equivocados, que la teoría y la práctica (me) han demostrado que el circo es una excelente herramienta a la hora de educar, intervenir socialmente.
Qué mejor forma de transmitir el valor del trabajo en equipo que la formación de una pirámide humana; qué mejor forma de enseñar la importancia del compañerismo y la solidaridad que sostener a un compañero en el trapecio, o qué mejor forma de que los niños conozcan su cuerpo y lo cuiden que evitando las lesiones para hacer una pirueta. Éstas son las cosas que el circo social hace en todos lados, también en Santiago, y que mostraremos, de una u otra forma, acá.  
Acá les dejo una pequeña grabación de un taller de circo social en Argentina, en Capital Federal, Buenos Aires, con los chicos de Circo Criollo.